LAS MOSCAS

Foto mosca sobre mesa

Mosca cojon…

Después de una tarde paseando por el Moncayo y de soportar el revoloteo insistente a mi alrededor del insecto más toca… narices que conozco, después de volver a casa con las piernas y brazos acribillados por los picotazos de sus hermanos pequeños, después de autodespotricar por haberme olvidado el ungüento milagroso que todo lo espanta y después en definitiva, de convertir un tranquilo paseo por el Moncayo en un safari africano casi, no ha dejado de venirme a la cabeza y no he podido dejar de recordar el poema de Machado dedicado a tan recalcitrante insecto. Quiero además desde aquí dar mi apoyo a todas las iniciativas que se pongan en marcha para potenciar el aumento de la población de #gorrionescomemoscas. Mi reconocimiento a este colectivo de aves y a la labor que realizan. Como decía, Machado las describió como nadie:

Vosotras, las familiares
inevitables golosas,
vosotras, moscas vulgares
me evocáis todas las cosas.

¡Oh, viejas moscas voraces
como abejas en abril,
viejas moscas pertinaces
sobre mi calva infantil!
Moscas de todas las horas
de infancia y adolescencia,
de mi juventud dorada;
de esta segunda inocencia,
que da en no creer en nada,
en nada.

¡Moscas del primer hastío
en el salón familiar,
las claras tardes de estío
en que yo empecé a soñar!

Y en la aborrecida escuela
raudas moscas divertidas,
perseguidas, perseguidas
por amor de lo que vuela.

Yo sé que os habéis posado
sobre el juguete encantado,
sobre el librote cerrado,
sobre la carta de amor,
sobre los párpados yertos
de los muertos.

Inevitables golosas,
que ni labráis como abejas,
ni brilláis cual mariposas;
pequeñitas, revoltosas,
vosotras, amigas viejas,
me evocáis todas las cosas.

Y si lo quereis escuchar con música, también se la puso Serrat «… inevitables golosas…»

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